Nos levantamos prontito, hicimos maletas, desayunamos entre risas, dimos una vuelta por el maravilloso hotel Ajit Bhawan de Jodhpur y nos despedimos de los coches de época. Raguh y Shankar habían colocado en cada rueda delantera del autobús un limón con varias vainas de judías verdes. ¿Cómo narices podían saber de antemano en la que nos íbamos a meter con nuestro querido tatabús? En menos de una hora estábamos en Osiyan. Es un pueblito pequeño con solera toooodo pintadito de azul (por los mosquitos -dicen-)

Osiyan****es una pequeña localidad del desierto con grandes dunas, a 65 km al norte de Jodhpur, siguiendo desde Mandor en dirección a Phalodi. Este oasis fue un importante enclave religioso y cultural en época medieval, alberga un importante conjunto de templos hinduistas y jainista del período gurjara-pratihara (805-1036). Los templos más famosos, aún abiertos al culto, son el hinduista de Sachiyamata y el jainista de Mahavira.

El templo de Mahavira***, dedicado al fundador del jainismo, se edificó en el siglo VIII, durante el reinado de Vatsaraja, aunque ha sufrido distintas modificaciones a partir del siglo X, pues ha estado siempre abierto al culto. Las pilastras labradas y los detalles decorativos recuerdan a los de los templos Dilwara de Mount Abu.

El cuidado, mantenimiento y ornamentación del templo está a cargo de las mismas familias de shudras (4ª casta) artesanos desde su fundación (foto de la izquierda). La capacitación de estos escultores es altísima. Su financiación está a cargo de la conocida familia jainista de vashyas (la casta de comerciantes), los Oswal con comercios de artesanía, hoteles y auditorios, que hemos tenido la oportunidad de conocer y comprar en ellos en Khajuraho, Orchha y Agra.

Los Oswal financian y visitan este templo pero no pueden habitar ni dormir en Osiyan, pues sobre ellos existe una maldición desde siglos atrás, que por no se qué motivo, les obliga a pernoctar en las afueras de Osiyan cuando vienen al templo a orar a Mahavira, cosa que hacen frecuentemente. Los Oswal y los que conviven con ellos practican la ahimsa y son vegetarianos estrictos como pudimos comprobar en su hotel de Orchha, donde estuvimos alojados.

Tampoco les está permitido mentir, robar o engañar, como también pudimos comprobar en sus tiendas de Agra y Khajuraho, donde también tuvimos la oportunidad de presenciar un espectáculo de música y danza en su auditorio.

A diferencia de otros templos jainistas o hinduistas, aquí pudimos hacer fotos por todos lados. También vimos cómo los artesanos escultores le daban a la piedra reproduciendo increíblemente columnas ya existentes desde yo qué sé que siglo. Los estucos de la parte de arriba reproducen la vida de Mahavira. Y mientras estuvimos allí, los pintores seguían haciendo cuadritos. Sacralizamos a Raquel y a Miguel como se puede ver en las fotos de arriba, Realmente fue una visita interesante y muy instructiva.

OSIYAN 3

JAISALMER

JAINISMO