Día 2.- Miércoles 4 de Agosto

Por la mañana temprano salida del hotel Maya Bric de Playa del Carmen, distribución de sitios en nuestro autobús Strada. Bienvenida a nuestro guía Francisco Moo para comenzar con la visita a Tulum & Cobá. En la tarde visita gruta de Aktun Chen.

TULUM

A 60 km al sur de Playa del Carmen: a 129 km al sur de Cancún. Tulum en maya significa “cerco’, 10 cual podría ser una alusión a la muralla quo rodea esta zona arqueológica, aunque originalmente su nombre fue Zamá, “amanecer”, topónimo derivado del emplazamiento de la ciudad, ya que ahí se ve nacer al sol diariamente.
La ciudad, situada en la costa del mar Caribe, está rodeada de una muralla de 380 m do norte a sur, la cual refleja las violentas condiciones políticas de su época. Dicha muralla consta de tres muros que impedían el paso por tierra de los enemigos y delimitaban la zona ceremonial. Permitía el acceso por el mar, lo que la convirtió en un importante centro de comercio marítimo.
La ocupación del lugar se remonta al Postclásico Tardío (1200—1521 d.C.): fue una de las últimas ciudades construidas y habitadas por los mayas de la península. Su auge como centro marítimo comercial fue notorio, pues se encontraron restos arqueológicos de obsidiana, jade y cobre por su comercio con Centroamérica.
Dos kilómetros al sur de la Zona Arqueológica se encuentra el pueblo de Tulum, el cual cuenta con distintos servicios. Poco antes hacia el este inicia el camino a Punta Allen (Reserva de la Biosfera de Sian-Kaán); a los 4 km se alcanza la costa donde, a lo largo de 10 km. se extienden más de 30 placenteros y pequeños lugares para hospedarse: desde rusticas cabañas hasta hoteles quo ofrecen retiros de yoga.
ZONA ARQUEOLÓGICA: Abierta todo el año. Desde el estacionamiento hasta la zona arqueológica se recorre casi 1 km, distancia que se puede cubrir a pie o en tren (P$20). Se recomienda llevar traje de baño para disfrutar de la playa aquí presente, así como llegar temprano para evitar los numerosos grupos de turistas procedentes de Cancún y toda la Riviera Maya. Con Chichén Itzá son las únicas incursiones "culturales" que hacen los playeros cerveceros del todo incluido.
a) La muralla La muralla, que limita el centro ceremonial en sus lados norte, oeste y sur, tiene un promedio do 6 m de espesor y de 3 a 5 m de altura. A la zona se accede por una angosta entrada en el lado occidental. Existen 4 entradas más: dos al norte y dos al sur. Desde el interior do la muralla se ven varias torres o “torreones” que, claramente, servían de miradores. De trecho en trecho, unos escalones dan acceso al muro.
  En el recinto Interior se encuentran templos adoratorios, tumbas y edificios pertenecientes a las autoridades, así como plataformas habitacionales. En total hay mas de 50 estructuras, la mayoría de las cuales se sitúan a lo largo de dos ‘calles’ que corren de norte a sur.
b) Templo de las Pinturas o de los Frescos: Templo de las Pinturas, situado más o menos, en el centro de la ciudad, frente a la plataforma funeraria. Uno de los cuartos de lo que probablemente sea la estructura más interesante de Tulum, está decorado con frescos y un pequeño altar al fondo. El primer nivel presenta cuatro columnas al frente, así como mascarones en las esquinas y esculturas en tres nichos. En la parte superior se observa una representación del Dios Descendente, aparentemente asociado con el planeta Venus.
c) El Castillo: El Castillo, de espaldas a la costa, la estructura más grande del conjunto arquitectónico fue construida aprovechando el cantil rocoso, desde el cual se domina el mar y la tierra firme. Este templo muestra varios momentos de construcción: el templo superior tiene dos cuartos abovedados con tres vanos de entrada, mientras que el dintel esta sostenido por dos columnas en forma de serpiente. La fachada de este templo estaba decorada con esculturas y en sus esquinas todavía se conservan restos de mascarones. A nivel del piso, a ambos lados de la escalinata, se alzan dos pequeños templos en cuyos altares interiores se depositaban ofrendas. Del otro lado de El Castillo se contempla una maravillosa vista*** del mar Caribe.
d) Templo del Dios Descendente: Templo del Dios Descendente: Al lado norte del pequeño recinto interior cuyo monumento principal es El Castillo. El nicho situado encima de la puerta de este pequeño templo alberga una clara escultura en estuco del Dios Descendente, una figura con la cabeza hacia abajo. Se cree que este dios, que se ve representado en muchos de los edificios de Tulum, se asociaba con el inframundo.

La Casa de las Columnas y la Casa del Halach Uinic, ubicadas en el área de la calzada, constituyen interesantes ejemplos de la arquitectura residencial de Tulum, en tanto que la Casa del Cenote ubicada en el sector norte del conjunto amurallado, documenta la importancia que los mayas habrían dado al culto acuático, especialmente al vinculado a los cenotes y a la oscura liquidez que albergaban. El Grupo Kukulcán, ubicado justo al norte de El Castillo, comprende diversas estructuras menores, siendo la más notable el Templo del Dios del Viento, nombrado así por la redondez de su basamento. Tradicionalmente relacionado a Kukulcán como Dios de los Vientos o al Ehécatl del Centro de México. Finalmente, debe destacarse la importancia del área de playa, en donde seguramente habrían atracado las naves mayas dedicadas al comercio en torno a la península, y que hoy constituye el área más visitada del asentamiento arqueológico.

De acuerdo con los estudios arqueológicos publicados en los últimos años, existe evidencia suficientemente consistente para asegurar que Tulum habría sido una de las principales ciudades mayas de los siglos XIII y XIV. Se le considera como un asentamiento ineludible para cualquier ruta comercial y para la explotación de los ricos recursos marítimos de la costa de Quintana Roo. Tulum habría funcionado políticamente como un asentamiento independiente del dominio de otras provincias, hasta prácticamente la llegada de los españoles en el siglo XVI, cuando fue definitivamente abandonado.

Religión:

Tulum, al igual que Chichen Itzá, fue una ciudad dedicada al planeta Venus, considerado como una deidad dual con el nombre de Kukulkán, y su culto fue introducido primero a Chichen Itzá , viniendo del Altiplano Central donde se originó la religión de dicho Dios, sólo que con el nombre de Quetzalcóatl. Los mayas conocían el ciclo venusino de 584 días. Este conocimiento matemático y astronómico fue tomado por los sacerdotes de Xochicalco para crear al Dios Quetzalcóatl. Con esta deidad se elaboró en el periodo postclásico una religión casi monoteísta, la cual pronto comenzó a propagarse en todas direcciones, unificando temporalmente a muchos pueblos mesoamericanos; y su imagen fue llevada y reproducida como un hombre pájaro-serpiente. Kukulkán estaba asociado al comercio y al cacao y por esa razón era frecuentado por los mercaderes y mantenía la solidaridad del dominio mercantil. Tulum, por estar ubicada en la planicie costera y a una altura en que podía contemplarse el horizonte natural en todas direcciones, pudo ser un punto de observaciones astronómicas, sobre todo relacionado con Venus.

Sociedad de Tulum:

La principal actividad económica de los pobladores de Tulum era la pesca, que podía ser individual con anzuelos y arpones o grupalmente con redes y embarcaciones. Otra ocupación era la recolección y captura de moluscos, la cacería y la agricultura, la actividad constructiva que requería de canteros, albañiles, escultores y pintores. Otras actividades menores eran el tejido de palmas y fibras vegetales, la preparación de las pieles, la navegación y el comercio a larga distancia.

La jerarquía social estaba dividida en tres grandes grupos: Una clase dominante encargada del gobierno, de los actos públicos y religiosos, de las observaciones y registros astronómicos, de las transacciones comerciales, de las campañas bélicas. Una clase ocupada en realizar actividades necesarias para el funcionamiento de la sociedad: burócratas, funcionarios menores y artesanos diversos como escultores, pintores, talladores de madera, tejedores, carpinteros, talladores de piedra, etc. Estos gozaban de los privilegios que les permitía su relativa cercanía a las altas autoridades. Una clase trabajadora encargada de la agricultura, la cacería, la pesca y la explotación forestal. Esta clase social era la más numerosa y la que de menos privilegios sociales gozaba.

Los Murales Mayas de Tulum:

La principal función de la pintura mural entre los mayas prehispánicos fue adornar el interior de sus edificios con temas rituales y profanos y representaciones comparables con las formas del entorno natural. Se pintaba a las deidades y los sacerdotes, con lo que esas representaciones se convirtieron en los primeros testimonios de las sociedades teocráticas y su simbolismo mágico religioso. Al evolucionar la sociedad y la política surgió un género pictórico profano en el que se mostraban ofrendas, tributos, batallas y capturas. También se plasmaban escenas de la vida cotidiana, con las que se enaltecían las hazañas militares o religiosas de un gran
personaje o grupo. En el período Posclásico Tardío, los temas cambiaron con el auge del comercio y se asociaron con ritos adivinatorios. En este período se acostumbraba repintar las fachadas con colores vivos, relacionados con puntos cardinales o deidades. Lo mismo ocurría con los interiores, en los que se retocaban los murales ya existentes o se les sustituía con nuevos diseños y temas, tal vez conmemorativos del "katún" (período de tiempo entre los mayas).

 

Se ha comprobado que los murales se pintaban cuando la preparación del aplanado había fraguado. A esta técnica se le denomina "fresco seco", pues, a diferencia del verdadero "fresco", la preparación no absorbía el color y al secar no quedaba impregnado, manteniéndose sobre la superficie. Los pintores mayas desarrollaron un método artificial de obtención de pigmentos para utilizarlos en combinación con minerales (azurita, malaquita), que importaban a través de amplia red comercial. Algunos colores se obtenían con facilidad. El blanco de cal se lograba quemando ese material, pero la obtención de otros colores era más costosa. El más difícil de conseguir era el azul maya (turquesa), que se producía con una mezcla de arcillas (montmorilonita o atapulguita) y material vegetal (índigo), cuyo uso se relacionaba con temas religiosos.

 
 

Con pruebas de laboratorio se ha inferido que los pigmentos se diluían en un medio acuoso. La línea oscura roja o amarilla que servía de contorno al trazo o la figura era elemento importante en el acabado del trabajo pictórico. El volumen se sugería por la redondez y suavidad orgánica que le confería la línea del contorno, o bien, por la superposición de los mismos planos de color. Los colores eran ricos en matices y tonos, y se aplicaban a los objetos con naturalidad, copiando los reales de la piel y atuendos. En cuanto a la ejecución de los diseños, es probable que el trazo inicial lo realizara un maestro, que concebía la composición general y posteriormente encomendaba a algunos ayudantes la aplicación del color, que corregía con el trazo final. En otros casos, las tareas se distribuían entre varios pintores especialistas.

 
 

Los murales de El Rey, Xel Ha, Tankah y Tulum, aunque con temas diferentes, tienen características comunes de ejecución, simbolismo y distribución, lo que se puede observar en escenas horizontales, limitadas por bandas que enmarcan símbolos celestes, terrestres y del inframundo; figuras antropomorfas y zoomorfas y motivos vegetales. La obra pictórica muestra la relación entre las tradiciones estilísticas que mantenían los habitantes de la costa oriental de la Península de Yucatán y otros grupos mesoamericanos. Las pinturas del área maya son expresiones de todo un grupo cultural, cuyos creadores transmitían mensajes codificados.
Las estructuras de El Rey tuvieron diferentes funciones. La zona fue poblada en el período Posclásico Tardío (1200-1550 d.C.) y su núcleo central estaba limitado por construcciones religiosas y habitacionales. En sus pinturas se observan alusiones al glifo Ahau, que significa "señor poderoso", probablemente refiriéndose a algún gobernante. También se pueden ver motivos vegetales y geométricos y manifestaciones estilísticas de Santa Rita Corozal, Belice, donde se ha reportado una pintura mural con influencia mixteca.

 
 

En Xel Ha, asentamiento ocupado desde el Preclásico Tardío (400-100 a.C.) hasta el Posclásico (1200-1550 d.C.), la pintura mural ofrece escenas relacionadas con la naturaleza y el entorno, en clara alusión a rituales de fertilidad agrícola; símbolos del inframundo y sacerdotes en procesión con ofrendas. Hay muestras de influencias estilísticas del Altiplano Central (Teotihuacán).Tankah, ubicado cerca de Tulum, es un asentamiento con construcciones que forman grupos arquitectónicos. Su ocupación tuvo lugar desde el Clásico Tardío (600 d.C.) hasta finales del Posclásico (900-1550 d.C.). Las manifestaciones pictóricas incluyen deidades y sacerdotes que toman parte en rituales agrícolas. Tulum floreció como lugar cívico .administrativo., religioso y habitacional en el Posclásico Tardío (1200-1550 d.C.) y fue enclave estratégico de la extensa red comercial peninsular de ese tiempo.Las pinturas ofrecen imágenes de peces, aves, reptiles, moluscos, conchas y caracoles, en asociación con deidades específicas, como Chaac (la lluvia), Ixchebelyax (Ixchel, señora del tejido y la medicina), Itzamná (de la creación), Bolom Dzakab (de la fertilidad), Ek Chua (del comercio) y, sobre todo, Xux Uk (Venus), todas en rituales de fertilidad. En ellas también se manifiesta la influencia estilística mixteca.

 

El Misterio de Tulum, ¿Observatorio para la Estrella de la Mañana?

Zamá o Tulum fue la ciudad y puerto donde los sacerdotes-astrónomos veían nacer a Venus como estrella vespertina y a su vez renacer como “Estrella de la Mañana”; por su bóveda celeste, de oriente a poniente, de la luz a la oscuridad, del rojo al negro, se movía la gran estrella, como un dios dual que regía la vida de los pobladores de la costa del Mar Caribe; algunos de los cuales diariamente se lanzaban al agua para obtener la subsistencia, y otros se aventuraban en sus canoas para realizar viajes de comercio a gran distancia.

El azul del cielo y del mar, el verde de la vegetación y del centro, el amarillo del sur y el blanco del norte, así como el rojo del oriente y el negro del poniente, son colores simbólicos del mundo de aquellos mayas-chontales, los cuales sirvieron para plasmar sus escenas religiosas en las bellas pinturas murales de sus templos.

 

Una ciudad próspera:

Tulum se asentó en lo alto de un acantilado y fue una de las últimas fortalezas mayas. Este puerto y centro de comercio fue construido alrededor del año 1200, pero alcanzó su apogeo dos siglos después, a la caída de Mayapán. Tulum estaba rodeada originalmente por una muralla defensiva con torres de vigilancia y pasillos. Además, estaba comunicada con las ciudades de tierra adentro por caminos elevados. La ciudad estaba habitada en 1518, cuando la vieron los españoles comandados por Juan de Grijalva. Bajo el dominio de los Itzáes, Tulum fue un prestigioso centro de comerciantes ricos y también un puerto importante, ya que los señores de Chichén Itzá partían de ahí en viajes que llegaban hasta Honduras. El comercio costero contribuyó al desarrollo de la navegación, a la apertura de rutas de comunicación con el interior de la Península, a la creación y expansión de los mercados y a la invención de la moneda o artículos que fungían como tal.

 

La expedición de Grijalva:

En abril de 1518 salió de Cuba la segunda expedición a tierras peninsulares, formada por cuatro navíos y doscientos hombres, bajo el mando de Juan de Grijalva. Viajaba también en esa expedición Francisco de Montejo, futuro conquistador de Yucatán. El primer desembarco se hizo en Cozumel, donde los mayas huyeron a la vista de los españoles. Grijalva continuó con rumbo al sur a lo largo de la costa oriental, pasando frente a tres poblaciones grandes: una de ellas “tan grande como Sevilla y con una torre muy grande”, y otra “en una playa junto a la torre más alta que había visto”. A pesar de que los indios parecían amigables no pisaron tierra hasta una ensenada que llamaron Bahía de la Ascención. El mayor de los sitios avistado por Grijalva fue probablemente la antigua ciudad de Zamá (el actual sitio arqueológico de Tulum), y la torre “muy grande” era casi con seguridad el Castillo de Tulum. De ahí, Grijalva tomó rumbo al norte de la Península, rodeándola para llegar a Campeche; luego descubrió la Laguna de Términos y entró al Río deTabasco. Ahí obtuvo un tesoro considerable y captó las primeras noticias sobre la nación azteca. Siguió hasta el Río Pánuco, en Veracruz y de ahí partió de regreso a Cuba, haciendo escala en Champotón. Juan de Grijalva murió en 1527 en una expedición en Centroamérica.

El culto al dios descendente

Uno de los edificios más importantes de Tulum es el templo del Dios Descendente, en cual se ve la figura descendente de un dios alado que no puede ser más que la representación de Venus. Esta escultura es muy similar a las del Templo 25 o Casa del Halach Uinic y en la página 58 del Códice Dresde puede verse a Venus como una deidad con alas que salen de los brazos y también con una cola ligeramente redondeada o puntiaguda, como si volara hacia abajo o descendiera, la cual ha sido comparada con una abeja. Ruz Lhuillier nos dice que “la idea de un dios bajando del cielo es muy común entre los pueblos mesoamericanos, por lo que es posible que el Dios Descendente de Tulum no sea forzosamente el sol, sino quizá la lluvia, el rayo o la abeja”, idea que es compartida también por otros investigadores.  

¿Fue Tulum un observatorio?

Un aspecto que pudo ser de gran importancia en Tulum fue su posición estratégica, ya que desde su ubicación en la planicie costera y a una altura en que podía contemplarse el horizonte natural en todas direcciones, era fácil observar la salida y puesta de varios cuerpos celestes; o sea que pudo ser un punto de observaciones astronómicas, sobre todo relacionado con Venus.
Los historiadores indican que la ciudad se dedicó a Kukulcán o Venus como Estrella de la Mañana o Señor del Alba, que descendía en el poniente al mundo de los muertos, a la oscuridad, y por lo cual se le representaba como un Dios Descendente; esto explica que los principales edificios de su culto miren hacia el occidente. También se relaciona con el nombre original de la ciudad, Zamá, que significa “renacer, amanecer”, porque Venus emergía en el oriente a la luz, viniendo de la oscuridad, es decir, naciendo de nuevo.

 

El culto a Venus

Venus era uno de los cuerpos celestes más importantes que observaban los antiguos astrónomos mayas. Parecen haber existido por lo menos dos nombres para ella: Noh ek, la gran estrella, y XUx ek, la estrella avispa. El planeta Venus hace una revolución sinódica, en casi exactamente 583.920 días. Las revoluciones individuales ocurren en series de cinco, como sigue: aproximadamente en 580, 587, 583, 583 y 587 días cada una, pero cualesquiera cinco revoluciones consecutivas suman por término medio cerca de 583.920 días cada una. Los mayas consideraban este período como de 584 días, pero sabían que este valor era un poco excesivo.

 
 

En su revolución sinódica, Venus pasa por cuatro períodos: 1) después de su conjunción inferior es estrella matutina por unos 240 días; 2) luego desaparece por espacio de 90 días, durante su conjunción superior; 3) reaparece como estrella vespertina por espacio de otros 240 días, y 4) desaparece de nuevo 14 días durante su conjunción inferior. Los astrónomos sacerdotes mayas asignaban arbitrariamente valores algo distintos a estas cuatro fases de Venus, aunque el número total de días en una revolución sinódica permanecía siempre el mismo, o sea 584. Según la astronomía maya, Venus era estrella matutina durante 236 días, era invisible durante su conjunción superior durante 90 días; estrella vespertina durante 250 días; e invisible durante su conjunción inferior durante 8 días lo que hace un total de 584 días.