Día 7 de agosto de 2002  Monte Nemrut (Dagi) Escribe Pepe Rubio

 

Los viajeros están echados, boca arriba, sobre diferentes chaise-longue forradas de cretona. Miran distraídamente para el techo y dejan volar libre la imaginación, que vuela, como una mariposa moribunda, rozando, en leves golpes, las paredes, los muebles, la lámpara encendida. Están cansados y notan un alivio grande dejando caer las piernas, como marionetas en la primera postura que quieran encontrar.

 

Los viajeros son hombres y mujeres...........¡ uy! , perdón, me parece que me estoy pasando...........

 

Inciso del editor: Aquella mañana nos despertamos muy prontito en Shanli Urfa, desayunamos y nos fuimos a Harran (40 Km al sur), muy cerca de la frontera Siria. Aquí departimos animosamente largo rato con los lugareños en las casas colmena, nos recibió el Aga, nos probamos trajes, bebimos refrescos y compramos algo, visitamos las ruinas de Harran, la Universidad mas antigua del mundo (5000 años, que no se enfade Bolonia) (ni Salamanca), Jose Emilio compro a 100 pesetas unas monedas que le ofrecieron unos niños (parecen de incalculable valor, y no están catalogadas por los numismáticos, Alfonso compró otra, que perdió). Luego tomamos el largo camino hacia el Imperio Komagene atravesando el mar de Atatürk (enorme presa sobre el Eúfrates, que aquí se llama Firat).

 

Monte Nemrut (Dagi):

 

Después de la consiguiente paliza de autocar llegamos a las faldas del Monte Nemrut, donde nos esperan una simpática familia que regenta unos apartamentos rodeando una piscina. El lugar, aunque no es de lujo es tan agradable que compensa con creces cualquier otro tipo de exquisitez..

 

Una vez que Apo ha saludado con mucha efusión al jefe del “clan”, los viajeros se disponen a subir al Monte Nemrut, en dos “fragonetas”, una de las cuales conduce con la maestría que luego se dirá el hijo del jefe, que ejerce sobre el resto de empleados labores de mayoral.

 

Nada más empezar a subir comienza dentro de la “fragoneta” la coña de todos-menos uno viajeros que mayoritariamente se basa en los siguientes apartados:

 

a)      las endiabladas curvas que tiene la carretera que sube a la cima del Monte Nemrut;

b)     el empedrado de la misma, constituido en su mayor parte por adoquines similares a los que utilizaban los anarquistas en los años veinte en diferentes ciudades españolas para hacer frante a la guaridia civil en las manifestaciones que como represalia al  “lock out”  de la patronal organizaba la CNT;

c)     la exhibición de pericia del conductor haciendo alarde de frenado en las curvas, momentos antes de despeñarse llevándose en el revolcón tanto el continente como el contenido, o sea “fragoneta” y viajeros;

d)     la machacona repetición por parte del conductor que todo miedo es infundado, pues él es campeón de “rallies”; e) el intento de superación del acojonamiento general por parte de los viajeros, que cantan todos-menos uno a grito pelado  canciones patrióticas tipo “Asturias patria querida” o similares; y

e)      por último la convicción por parte de todos, que en caso de accidente fatal, pese a las meritads canciones patrióticas, la épica prevalecería sobre la lírica.

 

El viajero Pepe no puede superar su miedo y permanece acurrucado en el asiento con la vista en lontananza oteando desesperadamente cualquier accidente natural que en caso de caída le pueda servir de colchón. Esta tensión alcanza límites difícilmente soportables cuando la “fragoneta”, invadiendo totalmente la parte izquierda pone al descubierto en el punto de inflexión de la curva la existencia de enormes peñascos, riscos escarpados, fragas, barrancos,  laderas montañosas  y fosas de profundidad insondable.

 

Carmen desea fervientemente paliar en la medida de lo posible los sufrimientos de Pepe, y se aplica a ello  mediante las frases: “Pepe dime argo” o bien “hazme las palmas sordas que yo redoblo”, que consiguen solo en una pequeñísima parte su cometido.

 

Con estos aconteceres llegamos a un punto donde hay que dejar las “fragonetas” y subir andando hasta donde se halla la “ historia del Nemrut Dagi”.

 

La subida es efectuada por los viajeros según su estado de forma, y pone a prueba los kilos acumulados durante el período de hibernación y el número de cervezas, y algún que otro “raki” ingeridos en los últimos días; como siempre destaca subiendo (y bajando, pues suele hacer distancias dobles) Miguel que con sus articulaciones de goma es la envidia de la mayoría de los viajeros, especialmente de Pepe. ¡Los viajeros llegan por fin a la cima!

 

UN POCO DE HISTORIA

 

( Lo que sigue está copiado directamente de un artículo que figura en INTERNET; El hecho de que esté en inglés puede ser interesante para ir practicando, pues los viajeros seguro que necesitarán este idioma en futuras escapadas, ya que el esperanto no ha cuajado).

 

“Rising 2150 meters from the Anti-Taurus mountains in south central Turkey stands the archaeological site of Nemrut Dagi (pronounced  NEMH- root dahoh).Thought to be the burial tumulus and Hierotheseion (“Holy Seat”) of the 1st century BC Commagene king, Antiochus I Epiphanes, the site is as awe inspiring as it is enigmatic.

 

The unique mountain top shrine was unknown to all but local herders until its discovery in 1881 by a geologist in the employ of the Ottoman government. Archeological excavations un 1953 by the American School of Oriental Research have conducted precise survey of the site and instituted a preservation program but have provided little insight into the either the methods of construction or ancient use of the strange rock hill and its temples.

 

History records that the kingdom of Conmagene was situated on the border of the Seleucid Empire (which followed the empire of Alexander the Great in Anatolia) and the Parthian Empire. In 80 BC, with the Seleucid Empire weakening, the governor of Conmagene declared his kingdom´s independence. Soon thereafter, a Roman ally named Mithridates I Callinicus proclaimed himself king, set up his capital at Arsameia, and began the short-lived Conmagene dynasty. Mithridates died in 64 BC and was succeeded by his son Antiochus I Epiphanes who ruled for 26 years. Conmagene was thereafter ruled from Rome or by puppet kings until 72 Ad when it was fully incorporated in the Roman Empire.

 

During the reign of Antiochus, the naturally occurring mountain top of Nemrut Dagi was extensively contoured, capped with a soaring conical peak, and graced with two temple compounds and many beautiful stone sculptures. The conical tumulus rises 50 meters above the temples, is 150 meters in diameter and is composed of countless thousand fist-sized pieces of white limestone. Archeologists, assuming the tumulus the burial remains of Antiochus, have tunneled into the great cone of rocks but found nothing to substantiate their assumptions. The purpose of this massive undertaking remains a mystery

 

The tumulus in bounded on the east, west and north by three courts, each hewn from the living rock. The east court contains a large terrace, five colossal statues, a pyramidal fire altar and the remains of several walls. Rock sculptures adorning the eastern walls depict the Persian and Macedonian ancestors of Antiochus. The statues, rearching a height of 8 –10 meters each, incorporated several deities, following the principle of syncretism, The five statues represent:

 

Apollo-Mithra-Helios-Hermes

Tyche, or the fertility of the Conmagene´s

Zeus-Oromasdes (Ahuramazda)

Antiochus

Herakles-Artagnes-Artes

 

The row of statues on the western terrace depict the same deities and there ara also reliefs showing King Antiochus shaking hands with Apollo-Mithra-Hermes, with Zeus-Oromasdes, and with Herakles-Ares-Artagnes. Tje heads of all the statues on both the eastern and western terraces have fallen to the ground, most probably as a result of the erathquakes thar plague the region. Among the carved stones on the westwern terrace, one known as the “Lion of the Conmagene” bears significant astronomical information. Nineteen stars may be seen in the background of the relief and on the lion´s body, a crescent moon in shown on the lion´s neck, and above the lion´s back are three planets named as Mars, Mercury and Jupiter.This relief has been interpreted (by archaeoastronomers using yhe skyglbe computer program) to indicate a date of July 6th on either 61 or 62 BC. Different opinions exist as to the significance of this date. Professor Otto Neugebauer of Brown University believes it is date when Antiochus was set on the throne by the Roman general Pompey, while  Adrian Gilbert(writing in sings in the Sky) sees it as an esoteric coronation of Antiochus as head of secret Persian/Anatolian brotherhood.

 

Creo sinceramente que con ser muy importantes los vestigios históricos que se conservan en el monte Nemrut (Dagi), el placer que su contemplación produce (algunos los han calificado como la obra de un loco) no pueden compararse con las sensaciones que en los viajeros hacen experimentar  estos tres ingredientes mágicos conjuntados en su cima: la puesta de sol; un grupo de amigos y unas botellas de vino.

 

La puesta de sol contemplada desde la cima del Nemrut Dagi es para el viajero que esto relata imposible de describir; pues  objetivamente no puede explicar el aspecto irisado con el que se engala Febo, ni tampoco referir las maravillosas y fantásticas coloraciones que.............No obstante si pueden sentirse “cosas maravillosas”. Esta sensación es general y los viajeros manifiestan en su semblante una distensión que los hace olvidar por un momento todos los problemas que hayan podido subir a la cima con ellos; se enfrentan  a un espectáculo natural que saben que es único y que en caso de algún viajero  muy sensibilizado provoca aluna “lagrimita”. Esta felicidad individual se colectiviza y se materializa en expresiones de aceptación de todos los componentes del grupo al buscar un lugar un poco apartado del resto de afortunados viajeros que suponemos venidos de los lugares mas alejados del orbe. Este alejamiento interior pero colectivo, llega a su climax con la apertura de las botellas de vino que los viajeros procedentes de un país que sabe apreciar las cosas buenas, previsoramente han acarreado hasta la cima. Con la bebida se brinda por todo lo brindable en infinidad de idiomas, deseándose los viajeros salud y felicidad.

 

Se ponen después a prueba las cámaras fotográficas dada la cantidad de instantáneas que todos quieren recoger (¡uy, la cantidad de fotografías repetidas!).

 

Después de la compra de algunos recuerdos (los varones, gorros que después serán utilizados en una fiesta de disfraces), los viajeros se embarcan de nuevo en las “fragonetas”.

 

La bajada a tumba abierta es todavía más alocada que la subida. El viajero Pepe no puede controlar su pánico, y el resto de viajeros se mofa , con risas canciones al uso y toda clase de chirigotas. Carmen oportuna como siempre va desgranando la famosa frase:¨”Pepe dime argo”; al ser de noche Pepe intuye y supone toda clase de peligros... pero claro, no los ve .

 

Al llegar a nuestro “lujoso hotel” , la mesa está preparada con excelente comida típica. Las viandas autóctonas, se ven complementadas con productos  españoles que la familia Cortés experta en esta lides ha traído de Madrid.

 

Al acabar la cena nos ofrecen un recital de música  de la región. La “orquesta”, esta compuesta por dos integrantes; uno con una flauta parecida a la dulzaina castellana, pero de mayor longitud; el otro toca con maestría un gran tambor, que hace colgar con una cinta de hombro izquierdo, quedándole así las dos manos libres para tocarlo; con la derecha lo golpea con fuerza en su cara superior, mediante una maza revestida de cuero, con la izquierda sigue acompasadamente el ritmo que señala el “dulzainero”, golpeando la otra cara del tambor con una especie de palillo alargado.

 

El ritmo es electrizante, y hace levantar a los viajeros que no pueden aguantar las ganas de bailar.

 

El tamborilero es incansable, y no teniendo suficiente con  tocar el tambor con ambas manos, se retuerce, se contornea, salta, baila y ejecuta  toda una serie de piruetas acrobáticas como si fuera de goma.

 

Hasta el final de la “pieza”, los músicos no otorgan, ni se otorgan descanso alguno. Al final músicos y viajeros caen derrotados. ¡Ha sido extraordinario!

 

La integración de los viajeros con el elemento autóctono llega a su punto más álgido, cuando espontáneamente un camarero se pone a cantar arrancándose con aires típicos; lo hace de maravilla y los viajeros aplauden con ganas; tanto es así, que unos italianos muy estirados que han ido apareciendo en diferentes lugares y días, acaban también participando en la fiesta. ¡Inolvidable!