Día 9.- Miércoles 11 de Agosto

Visita Calakmul. Traslado a Villahermosa, pasando por Francisco Escárcega y Emiliano Zapata.

COMALCALCO

Día 10.- Jueves 12 de Agosto

Visita museo La Venta y sitio Comalcalco. Traslado a Chiapa de Corzo.

 

Cómo Llegar:

El museo se encuentra a la entrada de la zona arqueológica de Comalcalco, en el estado de Tabasco. Para llegar se toma la carretera estatal que va de Villahermosa hacia Nacajuca, o la carretera federal 180 con rumbo a Cárdenas; al llegar ahí se toma hacia Comalcalco y dos kilómetros adelante, en dirección a Playa Paraíso, se localizan el asentamiento prehispánico y el museo de sitio.
Museo de Sitio de Comalcalco: Tuvo antecedente de una colección de piezas arqueológicas reunida por Rosendo Taracena y sus alumnos al iniciar el siglo. Más tarde, Carlos Pellicer guardó esos materiales, con un gran número de ladrillos decorados, en una especie de bodega-museo particular. Pero no fue sino hasta 1984 cuando se inauguró un museo público en el sitio, que exhibía 207 piezas (unas donadas y otras obtenidas en excavación), junto con numerosos gráficos. En 1994 se remodeló el edificio y se cambió la museografía anterior, integrando algunas ilustraciones, textos y 307 piezas arqueológicas excavadas en el sitio entre 1993 y 1994, más algunas de la exposición antigua, que en conjunto exponen en forma breve y práctica la historia de Comalcalco durante los tiempos preshispánicos.  
Recorrido: Se sugiere al visitante que acuda al museo antes de entrar a la zona, a fin de comprender mejor lo que se observará en esta. El recorrido se inicia de izquierda a derecha, siguiendo las manecillas del reloj. El museo consta de 16 vitrinas divididas en trece temas, además de cinco plataformas abiertas con piezas.  
Introducción:

 En varios gráficos se muestran las cinco regiones en las que se divide el estudio de Mesoamérica. Una de esas regiones es la Zona Maya. Comalcalco es un asentamiento prehispánico edificado y habitado por los mayas chontales; tuvo su apogeo durante la fase tardía del periodo Clásico(200-850) y hacia los inicios del Posclásico (850-1521); sin embargo, en la región se han detectado asentamientos de fecha más temprana.

  El lugar fue dado a conocer por Désire Charnay en 1880 y a partir de entonces lo visitaron numerosos viajeros. Aunque en 1892 se hicieron algunas excavaciones, no fue sino hasta 1956 cuando dieron inicio las investigaciones a cargo de especialistas mexicanos y norteamericanos: Ekholm, Piña Chan, Andrews, Peniche, Martínez, Salazar, Pérez Campa-Cuevas y Armijo. Todos han aportado información que ha permitido realizar planos topográficos, definir secuencias cerámicas, identificar el sistema constructivo, y restaurar, y consolidar 16 estructuras.
El escenario geográfico:

Comalcalco se desarrolló en un clima muy cálido y húmedo, junto a un complejo sistema fluvial donde existía una amplia variedad de especies vegetales y animales, que fueron representadas por los mayas chontales en modelados de argamasa, en ladrillos decorados o en figurillas de arcilla.

 
Los protagonistas:

Una serie de figurillas en piedra y cerámica y vasijas de barro encontradas durante las excavaciones en el sitio ilustran en esta sección la presencia humana en la zona. En épocas tempranas predominó la cultura Olmeca, especialmente hacia la costa y el oeste del Estado; más tarde ocuparon la zona los mayas chontales y los xicalancas, y en una fase tardía se incorporaron grupos provenientes del centro del país (seguramente comerciantes o pochtecas), y de la costa del Golfo, tanto de Veracruz como de Campeche.

 
La ciudad: El núcleo de Comalcalco consiste en tres conjuntos arquitectónicos mayores: la Plaza Norte, la Gran Acrópolis y la Acrópolis Este (aún sin excavar), donde existen estructuras de mampostería de Ladrillo. En la periferia se observan numerosos montículos de tierra, que conformaban las residencias de la población común. En las construcciones se usaron como mortero conchas de ostión quemadas, las tuberías eran de barro cocido y los basamentos de tierra compactada. La arquitectura monumental se decoraba con esculturas hechas en argamasa.  
Rasgos físicos:

El común denominador entre los mayas chontales fue tener una estatura baja, complexión robusta y ojos rasgados. Además, como práctica de embellecimiento se deformaban el cráneo, se hacían escarificaciones o cicatrices, se rapaban y se limaban los dientes. Los resultados de estas prácticas quedaron plasmados en los ladrillos decorados y figurillas exhibidos.

 
Vida cotidiana: Los mayas chontales elaboraron diferentes instrumentos, como cuchillos, hachas, puntas de proyectil, moldes de barro, pulidores, morteros y malacates, entre otros, para poder realizar las actividades diarias de desmontar terreno, tejer, cazar, sembrar, cosechar y elaborar cerámica, por mencionar sólo algunas.  
Tecnología:

Para realizar sus tareas domésticas, los mayas chontales recurrieron a lo que el medio les proporcionaba (barro, pieles de animal, conchas, huesos, fibras vegetales, resinas de madera), además de productos que intercambiaban, como la piedra.

 
La sociedad:

La unidad mínima de la sociedad estaba compuesta por la familia extensa que habitaba un mismo solar. La población se dividía según clases y oficios. En la cima de la estructura social se encontraba el halach huinic, y en la base, la servidumbre y los esclavos.

 
El saber: Los mayas chontales tenían conocimientos matemáticos, astronómicos y tecnológicos avanzados; prueba de ello son su sistema numérico, sus calendarios y la ingeniería desarrollada para edificar construcciones como las que se observan en la zona arqueológica. En las tablillas exhibidas se observan inscripciones jeroglíficas, entre las que se destaca, en una fecha entre 804 a 846 d.C, la mención sobre la muerte de un individuo, así como un glifo emblema.  
El intercambio:

La sociedad prehispánica chontal mantenía relaciones de intercambio con otras zonas, especialmente durante la época de apogeo del sitio, tal y como lo evidencia el hallazgo de una palma de piedra, figurillas y vasijas de barro de la Costa del Golfo, y un hacha metálica del área de occidente.

 
Los mitos y los dioses: Los mayas chontales reverenciaban a una serie de deidades entre las que estaban Chak (de la lluvia), Kinich Ahau (el sol), Kisin (la muerte) o Ixchel (la Luna), Ek Chua (del Comercio). Estos y otros dioses fueron representados en ladrillos, vasijas, modelados de estuco o figurillas; en otras zonas se representaron en códices o piedra. Se les rendía culto quemando resinas en incensarios, además de otros rituales.  
Las costumbres funerarias: En Comalcalco, la población enterraba a sus muertos de formas diversas, sobresaliendo la colocación del difunto envuelto en un petate o textil -bulto mortuorio-, que se introducía en una gran vasija con tapa, la cual era enterrada al interior de las estructuras; también se edificaban criptas funerarias bajo los templos, mientras que la gente común era enterrada directamente bajo el piso de la vivienda.  
Autora del texto anterior:  Maestra en restauración Miriam Judith Gallegos Gómora. La información de esta guía se basa parcialmente en el guión científico del museo elaborado por los arqueólogos Román Piña Chán, Ricardo Armijo y Mario Pérez; en informes de trabajo de campo de los arqueólogos Armijo, Martínez, Peniche y Salazar, y en textos de Álvarez et al., Andrews y Romero.  
Acrópolis:

Hemos aceptado la denominación de acrópolis porque el conjunto de construcciones corresponde a esta definición. Acrópolis es un complejo arquitectónico de pirámides y terrazas, plazas y templos, que en virtud de constantes adiciones llega a formar una gran masa de mampostería. El conjunto está formado por una gran plataforma artificial de 35 metros de alto, en la que se levanta una construcción central de carácter cívico, con sistemas de terrazas, plazas, patios y basamentos piramidales a diferentes niveles.  Este tipo de construcción cívica llamada acrópolis, es una forma arquitectónica común en la región austral del área maya.  En cambio en la planicie norte, su ausencia es notoria, por lo que Comalcalco y la región Oeste del Usumacinta, podrían ser representativas de este estilo arquitectónico.

Vista de la Acrópolis

 

El Palacio: En medio de la gran plataforma artificial, se levanta una construcción cívica de forma alargada, denominada El Palacio, que sigue las normas constructivas de otra que se encuentra en Piedras Negras, Guatemala. Esta tiene dos hileras de cuartos longitudinales, con cuartos transversales y varias entradas a éstos, pero con la diferencia de que la construcción de Piedras Negras no tiene techo de bóveda, y la de Comalcalco sí.     

Vista de la Acrópolis

Plataforma rectangular o estructura 1: En la parte posterior del Palacio se encuentra una plataforma rectangular o estructura 1, la cual pudo ser agregada en tiempos posteriores, tal vez con fines cívicos.   
Plaza Norte: Este conjunto muestra un orden más sencillo, pues está basado en alineamiento de ejes. Todas las construcciones están situadas alrededor de una plaza rectangular, cuyo eje más largo va de oriente a poniente. La plaza queda limitada al norte por una larga plataforma sobre cuyo extremo oeste descansa el Templo II, compuesto de una crujía superior con tres entradas flaqueadas por dos pilares, a la que se llega por una escalera central y un aposentito posterior que tiene una entrada al frente y un altar empotrado en la pared trasera. Sus medidas son 15.60 m. de frente por 10 m. de fondo y una altura aproximada de 7 m.

Vista de la Plaza Norte

   La plaza está limitada al sur por otra plataforma alargada en donde se encuentran restos de un templo ubicado en el extremo oeste, el Templo III, de planta semejante al anterior, con 10.80 m. de longitud por 7 m. de fondo.  Al oeste, la plaza queda limitada por un gran basamento piramidal, el Templo I, también con resto de un santuario superior, cuyas medidas son 13.50 m. de frente por 11 m. de ancho y al este, por una larga y baja plataforma que se extiende a todo lo ancho de la plaza.

Vista de la Plaza Norte

  En el centro de la misma plaza, a lo largo de su eje principal, se localizan tres pequeños altares. En su lado sur y la plataforma sur. Este conjunto de la Plaza Norte está también orientado a los puntos cardinales. La distribución y orientación del conjunto de la Plaza Norte de Comalcalco, parece guardar cierta similitud con Santa Elena foco único de Chiapas, pues si se comparan sus planos se advierte en ambos, un eje principal de este a Oeste, una orientación hacia los puntos cardinales, y cierta semejanza en la Plataforma y basamentos.

Foto aérea de la Plaza Norte

     
     
Sistema del "Patio Hundido" Al oeste tenemos el sistema del "Patio Hundido" que queda a un nivel un poco inferior al del Palacio. Este patio está limitado en sus cuatro lados por las siguientes construcciones: al norte una pequeña plataforma alargada o Estructura 2, donde posiblemente hubo una habitación. Al sur, un basamento piramidal o Templo IV, con una tumba en su interior y un templo coronando la parte superior del mismo. Al este, hay otro basamento escalonado, y al oeste, el ala sur del Palacio.  
Tumba de los 9 Señores: En el centro de este sistema se encuentra un pequeño altar de forma cuadrada, alineado al eje del basamento oriental; al Suroeste del Palacio se ubica otro basamento piramidal o Templo V, con una tumba en su interior, y un templo en la parte superior.  Por último, a un nivel inferior a éste y al del Palacio, se encuentra la tumba de los 9 personajes o de los estucos, descubierta por BLOM. Esta mira hacia una pequeña terraza, orientada a la plaza de la Gran Acrópolis.

Tumba de los 9 Señores

  Una pequeña plataforma artificial, que forma parte de la masa de la Acrópolis, sostiene a nivel inferior tres basamentos piramidales.  La gran plaza, que yace a los pies de la gran Acrópolis, se comunica hacia el oeste con otra más pequeña, limitada en tres de sus lados por una plataforma en U, sobre cuyos brazos paralelos al norte se levantan tres basamentos piramidales, los templos VI, VII, VIII. En su brazo sur hay otro basamento escalonado.  
  La plaza de la Gran Acrópolis fue construida cuidadosamente con ladrillos y parece que se extendía hacia la Plaza Norte, aunque no existen evidencias concluyentes, pues los únicos elementos de circulación son las escaleras y las plazas.   
  Este Conjunto de la Gran Acrópolis se asemeja al de Copán en la adaptación de la arquitectura al medio ambiente o naturaleza del terreno, tanto en sus sistemas de terrazas a distintos niveles, que comunican a varias plataformas, como por la orientación aproximada a los puntos cardinales. La Acrópolis es un rasgo característico de la arquitectura de las ciudades del sur, como se observa en Copán, Toniná y Ocosingo, donde se encuentran grandes plataformas elevadas sobre las que hay pirámides alrededor de patios.  Estas plataformas también aparecen en Nakum, la Honradez y otros sitios del Petén.

Vista de la Acrópolis

  En cambio, en la región Oeste o del Usumacinta este elemento es raro, debido quizás a que la topografía del terreno se caracteriza por cordilleras y ríos, y el tipo arquitectónico debe adaptarse a ella. Así, en Palenque no hay Acrópolis sino terrazas arregladas convenientemente para construir sobre ellas.  En Yaxchilán, las construcciones se levantaron siguiendo las curvas del nivel de las laderas, mesetas y colinas: algo semejante sucedió en Piedras Negras.  
  Las investigaciones realizadas en esta importante zona arqueológica demuestran que es la ciudad más occidental del área maya y que floreció en la misma época que las ciudades de Palenque (con la que tuvo importantes nexos), Yaxchilán, Piedras Negras, etc. Estas ciudades tuvieron como antecedente común a la cultura Olmeca, que pertenece al horizonte préclasico (del año 1300 a.c. al 100 d.c.), y son muy similares en cuanto a la apariencia final de sus edificios; apariencia que correspondió al horizonte cultural que los arqueólogos denominan clásico, el cual abarca del siglo III al IX d.c.     
  Los Mayas-Chontales de Comalcalco comenzaron a construir sus edificios con ladrillos en el siglo VII d.c. Estos tuvieron contacto con los pueblos de Xochicalco, Morelos, Uxmal, Tikal, etc., y después del siglo IX d.c. con los toltecas, los náhuas o mexicanos, los totonacas, etcétera.

Construcción de Ladrillo

  Desde el punto de vista urbanístico, la ciudad prehispánica de Comalcalco está distribuida en la siguiente forma: un área central o ceremonial, donde se encuentran los edificios más  suntuosos, de carácter religioso, público y de habitación de los gobernantes o sacerdotes. Codeando al área maya anterior, se encuentra otra residencial y menos suntuosa, en donde se localizan las que fueran casas de los grandes señores y el área rural o de cultivo.  Por último, envolviéndose a las anteriores, están las casas más humildes, de madera y guano, dispersas y casi en la forma como son actualmente las de los campesinos.  
  A pesar de no existir una gran unidad en la arquitectura de Comalcalco, hay un alto grado de organización formal que se manifiesta en la cuidadosa orientación hacia los puntos cardinales, en la elaboración y precisión geométrica de sus formas, y en la presencia de basamentos piramidales como templos y construcciones cívicas, con la típica bóveda maya, plazas y patios.  
  El sitio de Comalcalco puede ser dividido en tres grandes conjuntos arquitectonicos: la Grán Acrópolis, la Plaza Norte y la Acrópolis del Este. Con su zona habitacional vecina, las construcciones no ofrecen, como en las ciudades mayas del Petén o de Copán en Honduras, un arreglo general simétrico con grandes ejes de conjunto, pero se asemejan a ellas por el arreglo de plataformas altas en que se distribuyen los edificios.  
 

Una de las características más importantes de la ciudad prehispánica de Comalcalco, Tabasco situada en la parte más occidental del área Maya, desde fines del horizonte clásico (700 d.c.) y durante el Posclásico, fue la utilización de ladrillos para la construcción de suntuosos edificios, aunque fuera como todas las ciudades prehispánicas de Mesoamérica un gran pueblo ceramista.

 
 

En una clasificación a primera vista se podría decir lo siguiente: 1. Existe una diversidad de tamaño de los ladrillos. 2. Algunos ladrillos están decorados. 3. El número de los no decorados es mayor y 4. Existen varias técnicas decorativas, como las incisas, pintada, alto y bajo relieve, insica pintada, etc..

 
  Lo fundamental de los ladrillos de Comalcalco es que tanto los decorados como los no decorados, sirvieron para la construcción de basamentos, santuarios, escalinatas, cornisas y molduras; es decir, para todos los elementos arquitectónicos de sus monumentos.    Como puede verse, el arquitecto autóctono de Comalcalco disponía de ladrillos fabricados en distintas formas, tamaños, espesores y resistencias, según se necesitara en la construcción.  El arquitecto moderno sólo cuenta con ladrillos de medida estándar, los tabiques comunes para muros de 7 cm. por 14 cm. por 28 cm., a los que debe ajustarse para resolver sus problemas de construcción.  
  Durante la exploración de los monumentos de esta importante zona arqueológica, se han encontrado hasta la fecha más de 4,000 ladrillos decorados con las técnicas antes citadas, esta decoración se realizaba en los frescos que secaban al sol antes de meterlos al horno, esto respondía a diversos motivos, entre los cuales puede citarse la cualidad muy humana, de aprovechar cualquier superficie que se tiene a la mano durante los momentos de ocio, para realizar dibujos que van desde simples puntos y líneas y registro de fechas conmemorativas hasta elaboradas representaciones de deidades, que denotaban la preparación y valor artístico de quienes las realizaban.  
  Esta decoración también se hizo con fines prácticos, pues los templos grabados sobre ladrillos, bien pudieron representar una explicación dada por el arquitecto a su maestro de obras para ilustrarlo, y hacer aún más gráfica la forma de cómo debía construirse el propio monumento; en otros términos podríamos considerarlos como el plano que serviría de base para la construcción de un edificio.  
  Las fechas y motivos realizados en forma magistral sobre estos ladrillos, nos revelan un aspecto de la organización de la sociedad de ese pueblo Maya. Es probable que esta decoración tan fina haya sido elaborada por nobles, ya que la fabricación de este material  estaba a cargo de hombres de menor categoría y bajo nivel cultural.   La remembranza plasmada en los ladrillos fue hecha quizás, por mandato expreso de algún sacerdote o arquitecto con fines religiosos o políticos. Los ladrillos decorados, resultan un magnífico documento autóctono y proporcionan un conocimiento sobre la vida de los Mayas Chontales o Putunes de Comalcalco.